Glitch neón en pico de éxtasis

Adriano Martino

Sacá el Aleatorio
Por Iván Jiménez
Un newsletter de discos.

¿Qué onda la banda loca del asado? Acá el Aivan, todo bien. Bah, "todo bien", son esas cosas que se dicen para saludar.

¿Alguna vez pensaste en la cantidad de música que se produce cada año en el mundo? En EEUU, en Argentina, en Irán y en Rusia, hay gente componiendo canciones, produciendo jingles, ecualizando sintes, afinando guitarrones para cualquier clase de género, con el mayor y el menor de los presupuestos, todo el tiempo, todos los días.Hoy te traigo el primer disco argentino de la colección.

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Coso
Adriano Martino 🇦🇷
2021
38 min
Spotify / Youtube

Qué es

¿Esto es pop? Creo que no. Digamos que es pop-jazz-fusión, bien digital, bien internet, pero irremediablemente clásico y argentino.

Quién es

Adriano Martino es un músico de la ciudad de La Plata. Es pianista y produce, graba y mezcla él mismo su música. Si le escribís por Instagram te contesta, es piola.

Por qué está bueno

Si sos, como yo, hijo de gente que fue joven en los 80, entonces seguro un poco marcado por Charly, Spinetta, etcétera tenés que estar. Youtube está lleno de boomers comentando que jamás va a haber otro Fito, que esa época es inigualable. Más allá de la nostalgia inevitable de lxs que ya no son jóvenes, en general esos próceres compartían un par de características: dominio superlativo de la armonía, el ritmo y la melodía, y a la vez, cierto desdén por el estancamiento, que los llevaba a estar constantemente innovando. Adriano Martino también las tiene.

Arranco por ahí porque me parece clave marcar que este glitch neón en pico de éxtasis es, en primer lugar, un disco totalmente argentino. Desde el lenguaje de las letras hasta ciertas referencias obvias y no tan obvias, Martino también es hijo de esa cultura. Lo copado es que más que celebrarla muerta, imitándola, la actualiza, toma las referencias de Páez y García y las esconde atrás de una estética nueva, interesante, viva. El optimismo de las letras, la alegría melódica, remiten a otra época pero no como un recuerdo hacia atrás sino como un rescate hacia el futuro.

El siglo XXI nos permitió liberarnos definitivamente de bocha de cosas, entre ellas, de los límites de lo que una banda de seres humanos pueda tocar. Si querés producir en Ableton una orquesta de 50 trompetistas y un flautista para un tema y una banda de rock para el otro, todo en el mismo disco, bueno, lo podés hacer. Sumale percusiones hiperactivas, reharmonización de audios de Whatsapp y finales a lo We are the world, y tenés un disco que a la primera escucha va más rápido de lo que cualquier oído puede procesar, pero definitivamente te garantiza una segunda.

El silencio

Hasta acá, Reynalde. No te voy a mentir, me está costando un huevo elegir los discos. Pero tengo para rato.

Espero que estés disfrutando de este newsletter y que la estés pasando bien, o tan bien como puedas. Acordate de hablarle a la gente que querés y de llamar a tu abuela.

Nos vemos el jueves que viene,

Iván