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Un capítulo de Billy & Mandy hecho rock
The Flaming Lips

Sacá el Aleatorio
Por Iván Jiménez
Un newsletter de discos.
Hola, ¿cómo estás? Un gustazo invadir nuevamente tu privacidad, permiso.Si me gusta la música (y el arte, en general) es porque te permite viajar en el tiempo. Una de las particularidades del tiempo como lo percibimos es que es inflexible: no nos queda otra que vivir el ahora, y si algún momento nos gusta mucho, no hay ninguna forma de extenderlo o congelarlo. Pero de alguna forma los olores, las preocupaciones, las ilusiones, quedan guardadas en los discos, y alguien los puede agarrar y saber que siguen existiendo, que viven ahí clandestinamente, a escondidas del paso del tiempo.Me costó un huevo elegir el de hoy, me parece que se me va a volver hábito. Pero ojalá les guste.

Qué es
Es rock en el punto justo entre lo pesado y lo infantil, lo catastrófico y lo psicodélico.
Quién es
Los Flaming Lips son una banda yanki de rock psicodélico/alternativo formada en 1983. El cantante, Wayne Coyne, inventó antes que Louta lo de tocar adentro de una pelota de plástico.
Por qué está bueno
¿Alguna vez hablaste con un linyera o con un borracho? De esos que no son violentos ni mala gente, que son simpáticos y se ríen de cosas que solamente ellos saben, y al mismo tiempo son lo suficientemente impredecibles como para que nunca te termines de sentir confiado. Bueno, así es este disco.
Clouds Taste Metallic es infantil y epiléptico como un capítulo de Billy & Mandy hecho rock. Los delirios que toca Ronald Jones están constantemente jugando con tu salud mental, los coros parecen cantados por el ensamble de una escuela católica del infierno y a veces las guitarras están tan distorsionadas que suenan a pedos. Hay una alegría infantil que atraviesa todo el disco, una honestidad que nos invita a dejar de fingir y marchar cantando juntos hacia la demencia.
Pero, pese a todo eso, no deja de estar interpretado por una banda de verdad que toca fuerte y en serio. No hay falsedades, no hay un intento de sonar a ni una búsqueda de algo que garpe. Se nota mucho la diferencia cuando una banda hace lo que hace porque cree que corresponde, y cuando lo hace naturalmente, porque lo sienten, porque los enmanija. No importa cuánto desafinen, no importa cuánto erren, a donde vamos no necesitamos ser perfectos.

El silencio
Hasta acá, papu. Gracias por llegar hasta el final y por acompañarme en este experimento.
Acordate que, si tenés algunx amigx que le pueda gustar recibir esto, cada día que no se lo compartas estás evitando hacer un bien.Nos vemos el jueves que viene.
Iván